12.10 de la noche. Kaka! Ayer me confundí y lo puse a las 12 de la mañana! Qué dolor de cabeza, ya estamos otra vez! A ver si una aspirina hace efecto rápido!
Con más sueño que ganas (y depués de haber dormido con las botas y el agua dentro del saco para que no se congelen) desayunamos, nos ponemos los artilugios y empezamos a andar. Hay cielo raso y hace un frío que pela. Además el viento no deja ni respirar. Empezamos a andar en 2 cordadas, por un lado 3 de Villabona (uno de ellos se ha quedado en el CM con un poco de fiebre) y por otro Mikel, Igor y yo. En 5 minutos se me congelan las manos y con el ritmo que llevan estos 2 basurdes me quedo sin aliento. Creo que ha llegado el fin de mi aventura... si, si, me rajo... no puedo con el frio. Me desato y les dejo a estos valientes que sigan de noche... pobrecillos, todavía lo que les queda.
Mikel os relata la crónica montañera;
Por segunda vez consecutiva tengo que ver, muy a mi pesar que Ainara se da la vuelta. Bueno, nos quedamos Igor y yo mano a mano. Los tres chicos de Villabona nos habían sacado un buen cacho, pero no tardamos en cogerles, puesto que Igor tiene frío en los pies y me pide que vayamos despacito pero sin parar y así lo hacemos.
A eso de las tres de la mañana bebemos agua por última vez, por que a partir de este momento se nos cogela todo el agua que tenemos. Tras cambiar de frontal por que el primero se apagaba devido al frío horrible que hacía nos ponemos por delante de los chicos de Villabona.
Tras pasar varias grietas por terreno sencillo, llegamos a eso de los 6000 metros y nos encontramos que la huella entra en un corredor de 60º-65º. La nieve está muy bien y los piolets se clavan perfectamente, por lo que decidimos empezar en ensamble. Subimos este primer corredor de unos 60 metros facilmente y hacemos una pequeña travesia hacia la derecha para encontrarnos con la entrada del segundo corredor.
Este corredor tiene un poco más de pendiente que el anterior al principio, pero como la nieve sigue estando bien y hay muchas huellas de otros días, seguimos en ensamble. En el segundo tramo de este corredor encontramos las primeras estacas dejadas por los guías y pasamos la cuerda por ellas.
Justo al salir de este orredor empieza a amanecer, pero se ven muchas nubes acercandose a la cima. Esta es la primera vez que vemos la cima, aunque nos queda un ratito para llegar a ella todavía.
Tras saltar la grieta más grande que nos encontramos en el camino
llegamos a la arista cimera, precedida por un delicado paso bastante vertical por un puente de nieve para sortear una grieta transversal.
Un vez suepada la grieta nos quedan unos fáciles pero eternos treinta metros hasta la cima. Hay mucha pendiente y estamos a más de 6300 metros, esto se nota mucho.
Por fin cimaaaaaaaaaaa.
Pero todo no son alegrías, esta nublado y no se ve nada. Este monte es uno de los que tiene mejores vistas de la cordillera y no podemos ver nada. Nos da pena y esperamos unos 20 minutos haber si sale el sol, pero al ver que no es así y sobre todo por que empezamos a no sentir los dedos de las manos por el frío, foto de cima y rápido para abajo.
Empezamos a bajar destrepando pero al llegar al corredor rapelamos por las estacas que habían dejado los guías. El plan era rapelar con dos cuerdas de 60 metros para bajar rápidp, pero como no veíamos al terceto de Villabona, empezamos a hacer rápeles de 30 metros.
Bajamos los dos corredores sin problemas y ya solo nos queda una travesia glaciar sorteando varias grietas. En este momento, más relajados y con los deberes cumplidos nos paramos por primera vez a comer algo en todo el día (yo ya estaba sin fuerzas, por que un cafe templado y dos galletas no daban para más). Por fín podemos volver a beber agua (bueno, granizado de gatorade, por que seguía semicongelada, pero algo es algo).
Tras recuperar fuerzas bajamos muy rápido hasta el campo alto, donde nos encontramos de nuevo con Ainara y los chicos de Villabona. Ainara nos tenía preparada una infusión de mate de coca que entra de cine.
...A eso de las 9 de la mañana llegan los 3 primeros; derrotados y casi sin aliento se meten en el saco. Por unos metros no han hecho cima, el frio y la noche han podido con ellos. Casi 2 horas después bajan Mikel e Igor; contentos y con el subidón de haber coronado el Chopi, todavía tienen energía para recoger todo y marchar pitando para abajo!! Menuda casta tiene estos chicos!!!
Otra vez con los trastos a la espalda bajamos al CM y ahí nos espera el "enfermito" con la botella de vino abierta!! Enseguida nos metemos a la cama, que hoy Lorenzo no se ha dignado a asomar y hace bastante frio...
Kaixo, soy Fernando el compañero de Maite. Ella me ha enseñado vuestro blog. Soy muy aficionado al monte también, ¡pero no tan máquina como vosotros!. Zorionak por esas cumbres andinas tan impresionantes. A ver si un día subimos alguna juntos. Ondo ibili eta gora hoja de coca, F.
ResponderEliminar