Páginas

2013/12/06

21013/08/13 Requim (2.516 m)-Cosmiques (3.613 m)

Hoy teníamos la idea de pegarnos un buen madrugón, pero nos dicen que el desayuno es a las 6 a.m y que tampoco hace falta salir de noche... Así que después de preguntar tres o cuatro veces por dónde nos tenemos que meter en el glaciar, echamos a andar. Con mucha pena tenemos que dejar el refugio, ¡pero qué agustito hemos estado!

El primer tramo va por un caminito muy claro que sale del refugio, pero enseguida se pierde entre piedras y nieve. Perdemos un poco de altura y nos metemos en un maremagnum de seracs y hielo negro, por donde nos habían dicho que hay que llegar para alcanzar el galciar de Geant. Eso si, hay que pasar rápido, porque a la derecha hay una pared un poco deshecha que de vez en cuando suelta alguna piedra... ¡Si desde lejos tenía mala pinta, desde aquí esto parece un laberinto sin salida!



Después de algunas dudas, dos pasos para adelante y tres para atrás, Mikel vete tú delante por si acaso y unos cuantos juramentos, conseguimos atravesar este tramo y llegamos por fin a un mar de hielo sin agujeros. Giramos la mirada 360 grados y no hay nadie alrededor... qué sensación de libertad!!!!

...y de soledad al mismo tiempo...

Continuamos ascendiendo y pasamos al lado de unas cuantas grietas enormes. En cuanto encontramos un sitio seguro comemos algo y seguimos para arriba.


A lo lejos ya empezamos a ver gente que se dirige a Cosmiques desde el refugio de Torino. Con ellos nos juntamos dentro de un rato, porque las rutas se juntan antes de llegar a Cosmiques. Un tramo de llaneo y una última cuesta y ya estamos en el refugio. ¡Por fin podremos descansar!


Pero las cosas se empiezan a torcer. Nada más llegar un italiano nos dice cuatro palabras en puro indio que me van a martillear la cabeza toda la noche; "Ayer ahí tres caput". Al parecer esta noche, a las 3 a.m. ha caído un trozo del famoso serac del Mont Blanc du Tacul y se ha llevado a unos cuantos por delante. Algunos parecen que están bien, pero una de las cordadas ha tenido un desenlace fatal. Nos quedamos sin palabras, pero por nuestra cabeza pasan miles de cosas, pobre gente... Es verdad que llevábamos horas escuchando helicópteros, pero pensábamos que era pura rutina. Aquí van una fotos que colgaron en la web de Chamonix.

 
Después de hablar con medio refugio, hacer cábalas y asomarnos al balcón doscientas veces, la mujer del refugio nos dice que han pasado los helicópteros, y que aunque todavía queda un trozo de sérac asomando, no existe peligro... y nos da otra noticia; hay un chico vasco que se ha quedado sólo y quiere compartir cordada con nosotros. Todavía no sabemos ni qué vamos a hacer y encima esto... Lo meditamos largo y tendido y charlamos con Asier, nuestro nuevo compañero de fatiga. Con muchas dudas, dedidimos seguir con el plan, y vamos a romper la regla de oro del montañismo; encordarnos con un desconocido... Cenamos y nos vamos a la cama. No voy a decir a dormir porque esta vez va a ser imposible.